viernes, 21 de marzo de 2014

¿Cómo funciona la Caja Negra de un avión?


El avión es uno de los medios de transporte más seguros; sin embargo, también son vulnerables a sufrir accidentes.

Las razones de esos accidentes son esclarecidas gracias a un aparato del que muchos hemos escuchado pero pocos conocemos en realidad: La famosa Caja Negra.

En 1958, tras la muerte de su padre en un accidente aéreo, el científico australiano David Warren ideó un aparato capaz de grabar las voces de los pilotos, almacenar los datos del vuelo los datos y mantenerse intacto aún después de un avión sufriera una falla catastrófica.

El nombre de caja negra no se debe a su color, ya que están pintadas de un tono anaranjado, sino a la referencia de que cuando sucede un accidente aéreo es considerado como un día negro.

Las primeras cajas negras eran de metal, pero en la actualidad están fabricadas de titanio y acero blindado de siete kilos, y son capaces de soportar mil 100 grados centígrados y estar hasta 6 mil metros debajo del mar.

Aunque no se pueden ver, están en la parte trasera de la aeronave, desde donde graban las conversaciones dentro de la cabina y la comunicación entre los pilotos y las autoridades. 

A este tipo de grabación se le conoce como CVR y registra los últimos 30 minutos, aunque en la actualidad hay dispositivos capaces de contener dos horas de audio.

Los datos del vuelo se almacenan a través de una grabación FDR que guarda los detalles de la velocidad del aire, altitud, dirección y posición de la aeronave.

Al momento de tener un accidente, la caja emite una señal ultrasónica para que los investigadores la puedan localizar. La señal se emite cada segundo, durante un mes después del accidente y alcanza 2 mil metros.

domingo, 16 de marzo de 2014

Las rampas de evacuación


Los más acostumbrados a volar o los que vuelen poco pero se fijen en los detalles, recordarán que, tras finalizar el embarque, se escucha una frase que dice “Tripulación armamos rampas y crosscheck, por favor”. El término “armar rampas” se emplea para dar la orden de que las rampas de evacuación, más conocidas como toboganes inflables, se activen para ser usadas si fuese necesario. Están compuestas de diferentes materiales de plástico resistente, similares al caucho, con muchas capas para minimizar al máximo la posibilidad de que se rompa.

Para que estas rampas puedan usarse correctamente y de manera segura, en las diferentes revisiones que pasan todos los aviones, también se revisan minuciosamente que estos elementos de seguridad estén en óptimas condiciones. Dependiendo del tipo de avión y de zona del fuselaje en la que vayan instaladas, las rampas de evacuación cambian de tamaño y por tanto el tiempo de inflado también es mayor. Aclaramos que las rampas, todas, se sitúan una en cada puerta que tiene el avión. Dependiendo si la puerta está en un extremo del fuselaje o sobre las alas, el modelo será diferente.

Una rampa para un avión del modelo Airbus A320 se infla en tan solo 3 segundos a través de un sistema interno de inyección de gas comprimido, a muy alta presión. También es importante explicar que están preparadas para soportar un incendio durante, al menos, 90 segundos y que pueden aguantar fuertes ráfagas de viento sin que se rompan ni se desprendan del avión.



Cuando es la hora de las revisión de las rampas de evacuación, estas se retiran del compartimento en el que van ubicadas dentro del avión y se extienden en una zona del hangar. Una vez estiradas, se revisa que el material no esté deteriorado y especialmente, se hacen pruebas de inflado parcial, para comprobar que no haya fugas de aire.

Cuando las pruebas de inflado y desinflado han sido superadas, se vuelven a inflar y se colocan en una maqueta a escala para probarlas. Se efectúa un simulacro de extinción para hacer lo más real posible la prueba de resistencia de cada una de las rampas.

Después de todas las pruebas y revisiones, si todo está correcto, la rampa debe doblarse de manera muy minuciosa y colocarse en su funda protectora con mucho cuidado. De no hacerse bien este paso, podría fallar el circuito de inflado y no sería útil para una evacuación.


Estas revisiones se hacen de manera exhaustiva una vez al año y la vida útil de cada una de ellas oscila entre los 3 y los 5 años. Depende de las veces que hayan sido usadas, para que se cambien definitivamente antes o después.